- Rusia autoriza el uso de armas nucleares ante amenazas convencionales a su soberanía y la de Bielorrusia.
- La nueva doctrina expande la definición de “agresión” a coaliciones militares como la OTAN.
- Ahora consideran a los drones y misiles hipersónicos como amenazas nucleares, además de los ataques aéreos.
El presidente de Rusia, Vladímir Putin, aprobó una nueva doctrina de defensa nuclear que permite utilizar armamento nuclear en respuesta a amenazas convencionales que pongan en peligro la integridad territorial de Rusia y Bielorrusia. Esta doctrina, que reemplaza la anterior de 2020, establece que la decisión de emplear armas nucleares recae exclusivamente sobre el presidente ruso. La nueva política también considera “agresión” cualquier ataque de coaliciones militares contra Rusia, lo que envía una clara advertencia hacia Estados Unidos y la OTAN en el contexto del conflicto en Ucrania.
Una de las principales novedades de la doctrina es la inclusión de los drones entre los instrumentos de guerra que pueden justificar una respuesta nuclear, junto con misiles hipersónicos y aviones de combate. El documento especifica que Rusia podría recurrir a la disuasión nuclear si se produce un ataque masivo con estos medios. Además, se amplía el concepto de “agresión” para incluir a países que, aunque no posean armas nucleares, participen indirectamente en una coalición militar contra Rusia o Bielorrusia, aumentando el riesgo de escalada en conflictos regionales.
Rusia amplía su doctrina nuclear para enfrentar nuevas amenazas
Otro aspecto destacado de la nueva doctrina es su enfoque sobre la expansión de la infraestructura militar de la OTAN cerca de las fronteras rusas, lo que se considera una amenaza directa. En este sentido, el documento menciona que Rusia tomará medidas de disuasión nuclear si el bloque militar occidental incorpora nuevos miembros o realiza ejercicios militares a gran escala en regiones cercanas a su territorio. Este punto pone en evidencia las crecientes tensiones en torno a las fronteras rusas y la situación de Kaliningrado, un enclave que está rodeado por países miembros de la OTAN.
La aprobación de esta doctrina se produce en un contexto de intensificación del conflicto en Ucrania, que cumple mil días de enfrentamientos. La medida también coincide con la creciente ayuda militar de Occidente a Ucrania, incluyendo misiles de largo alcance autorizados por Estados Unidos para ser utilizados en territorio ruso. Aunque la doctrina no implica un aumento inmediato del arsenal nuclear, refuerza la postura de Rusia frente a lo que considera amenazas externas y subraya que el uso de armas nucleares sería una respuesta extrema, únicamente viable cuando otras opciones no sean suficientes.