La Comisión Europea seguirá aplicando aranceles a los vehículos eléctricos importados desde China. Esta decisión fue tomada tras una votación en la que no se logró una mayoría para oponerse a la propuesta.
En la votación, 10 países apoyaron los aranceles, 5 votaron en contra y 12 se abstuvieron. España se abstuvo, según el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, quien destacó que el gobierno español busca una solución negociada.
La Comisión Europea informó que la propuesta para imponer aranceles definitivos a vehículos eléctricos fue respaldada por los Estados miembros. Sin embargo, Bruselas asegura que la UE y China continuarán buscando una solución compatible con la Organización Mundial del Comercio (OMC).
Los aranceles, que estaban en vigor de forma provisional desde julio, se harán definitivos cuando se publiquen en el Diario Oficial de la UE, antes del 30 de octubre.
Divisiones entre los Estados miembros Esta decisión ha generado divisiones entre los países de la UE, especialmente entre Francia y Alemania. Francia votó a favor de los aranceles, mientras que Alemania se opuso, cambiando su postura de abstención a oposición.
España también solicitó seguir negociando con China en el marco de la OMC. El ministro alemán de Finanzas, Christian Lindner, advirtió que la Comisión Europea no debería provocar una guerra comercial con China.
Desde julio, Bruselas impuso aranceles de hasta el 36,3 % a SAIC, del 19,3 % a Geely y del 17 % a BYD, por recibir subvenciones que afectan a los fabricantes europeos. Estas tarifas también impactan a empresas occidentales que producen en China, como Tesla y BMW, que enfrentarán un arancel del 21 %.
Reacciones de China En respuesta, China ha comenzado una investigación sobre las importaciones de carne de cerdo y productos lácteos de la UE, que representan exportaciones de casi 1.900 millones de euros para España. Bruselas impugnó la investigación china ante la OMC.
El Ministerio de Comercio de China criticó la decisión de Bruselas, afirmando que afectará la cooperación comercial entre ambas partes. La Cámara de Comercio de China en la UE expresó su descontento por las medidas proteccionistas de Bruselas, aunque reconoció la voluntad de seguir negociando.