Después de tres semanas de testimonios, el expresidente de Honduras, Juan Orlando Hernández (JOH), tomó el estrado en su juicio por narcotráfico en Nueva York.
Se enfrenta a cargos que podrían resultar en cadena perpetua si es declarado culpable.
Vestido con traje negro y corbata azul celeste, Hernández llegó al Tribunal Federal del Distrito de Manhattan junto a sus abogados. Se ha mantenido confiado a pesar de los abucheos de ciudadanos hondureños que se reúnen afuera del tribunal.
Durante el juicio, la defensa de Hernández ha buscado desacreditar las acusaciones presentadas por narcotraficantes colaboradores de la justicia, como Devis Leonel Rivera y Alexander Ardón. Estos testigos afirman que Hernández recibió millones de dólares a cambio de protección durante su presidencia.
Hernández ha negado estas acusaciones, argumentando que su gobierno implementó medidas para combatir el narcotráfico en Honduras, recibiendo apoyo financiero y militar de Estados Unidos. Sin embargo, el Departamento de Justicia lo acusa de dirigir Honduras como un “narcoestado”.
En su testimonio, Hernández se describió a sí mismo como un férreo opositor al narcotráfico y negó conocer a varios testigos que lo incriminan. Sin embargo, enfrentó un duro interrogatorio por parte de la Fiscalía, que presentó pruebas fotográficas y cuestionó su relación con narcotraficantes conocidos.
El interrogatorio de la Fiscalía continuará este miércoles, y una vez concluido, el jurado deliberará para alcanzar un veredicto unánime.