- La trata de personas afecta principalmente a menores y mujeres en Honduras, un problema que se considera el tercer negocio ilícito más rentable del mundo.
- La directora de la Comisión Nacional contra la Trata de Personas, Sua Martínez, enfatiza la necesidad de mayor cooperación regional para enfrentar este delito.
- La explotación sexual y laboral de mujeres y niños está en aumento, y se requiere una respuesta más eficaz y coordinada a nivel regional.
En Honduras, la trata de personas, que es el tercer negocio ilícito más rentable globalmente, afecta principalmente a menores y mujeres, según Sua Martínez, directora ejecutiva de la Comisión Nacional contra la Trata de Personas. Martínez destacó la importancia de una mayor cooperación regional para abordar este problema, que requiere esfuerzos conjuntos debido a su carácter transnacional.
Martínez explicó que los menores y adolescentes están particularmente expuestos a la trata, a menudo engañados con promesas falsas o atracciones superficiales. Las mujeres constituyen el 90% de las víctimas de trata con fines de explotación sexual en el país, y enfrentan explotación severa debido a factores como la pobreza, la desigualdad y el desempleo.
Avances y retos en la lucha contra la trata en Honduras
Las redes de trata engañan a mujeres y niños con falsas promesas, llevándolos a situaciones de explotación sexual o laboral. Este fenómeno no solo les priva de su dignidad y derechos, sino que también normaliza su explotación en ciertos entornos. Martínez subrayó la necesidad de no aceptar la normalización de este delito y destacó que, a pesar de los esfuerzos para rescatar víctimas, todavía queda mucho por hacer.
La trata de personas, que vulnera derechos fundamentales, ocupa el tercer lugar en lucratividad a nivel mundial, solo superado por el narcotráfico y el tráfico de armas. Martínez enfatizó que se necesita una unidad regional para luchar eficazmente contra este flagelo y mejorar la atención a las víctimas. También señaló la necesidad de abrir más oficinas regionales en puntos fronterizos para combatir eficazmente la trata y el tráfico de personas.