En una reunión con pilotos militares en la región de Tver, al norte de Moscú, el presidente ruso, Vladímir Putin, desestimó las afirmaciones occidentales sobre un eventual ataque de Rusia a Europa tras la situación en Ucrania.
Putin calificó estas declaraciones de “total disparate” y afirmó que son parte de una estrategia para generar temor en la población y obtener fondos.
Putin aseguró que Rusia no tiene intenciones agresivas y que las afirmaciones sobre un posible ataque a países como Polonia o los países bálticos son “simples delirios”. Además, destacó la diferencia de gastos militares entre Estados Unidos y Rusia, señalando que en 2022, EE.UU. gastó 811.000 millones de dólares, mientras que Rusia gastó 72.000 millones.
En cuanto a los cazas F-16 que se suministrarán a Ucrania, Putin advirtió que serán considerados “objetivos legítimos” independientemente de donde operen. Por otro lado, expresó su recelo ante la reunión programada entre altos cargos de Armenia, Estados Unidos y la Unión Europea.
En otro orden de cosas, buques de guerra rusos, incluyendo el ‘Variag’ y el ‘Marshal Sháposhnikov’ de la Flota del Pacífico, han ingresado al mar Rojo, según informó la oficina de prensa del distrito militar ruso Este. Además, en el conflicto en Ucrania, Rusia lanzó 28 drones y cuatro misiles contra el país, con el objetivo de dañar la infraestructura energética en el sur, especialmente en Odesa.
Por último, el Kremlin no ha comentado la posibilidad de canje del periodista estadounidense Evan Gershkovich, quien se encuentra en prisión preventiva en Rusia bajo acusación de espionaje, y de cuya detención mañana se cumple un año.