- Xi Jinping destaca que China continuará siendo un motor clave para el crecimiento económico mundial.
- Asegura que el país mantendrá una economía abierta e inclusiva, con un enfoque en la cooperación internacional.
- El presidente pide a EE. UU. trabajar para mejorar las relaciones bilaterales y evitar disputas comerciales.
El presidente chino, Xi Jinping, afirmó este martes en Pekín que China seguirá siendo el mayor impulsor del crecimiento económico mundial. Durante una reunión con líderes de instituciones financieras internacionales, como el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Organización Mundial del Comercio (OMC), destacó que la economía del país ha alcanzado una etapa de desarrollo de alta calidad.
Xi Jinping aseguró que la contribución de China al crecimiento global se mantiene en torno al 30% y expresó confianza en que el país cumplirá con sus objetivos económicos para este año.
En su intervención, el presidente de China subrayó que el país continuará siendo abierto e inclusivo, ampliando su cooperación con el resto del mundo. Reiteró que el desarrollo debe verse como una oportunidad para todos los países, no como un desafío, y enfatizó la importancia de la unidad y la cooperación mutua.
Xi también resaltó el compromiso de China con el multilateralismo, apoyando a los países en desarrollo y promoviendo una globalización económica más justa y equilibrada.
Respecto a las relaciones con Estados Unidos, Xi hizo un llamado a trabajar juntos para lograr una relación bilateral estable y sostenible. Rechazó las disputas comerciales y tecnológicas, afirmando que no existen ganadores en las guerras arancelarias.
A la reunión también asistieron figuras como Dilma Rousseff, presidenta del Banco de Desarrollo de los BRICS; Ajay Banga, presidente del Banco Mundial; Kristalina Georgieva, directora gerente del FMI; y Ngozi Okonjo-Iweala, directora general de la OMC.
Este evento se enmarca en un contexto de tensiones comerciales crecientes entre China y las naciones occidentales. Recientemente, la Unión Europea impuso tarifas de hasta el 35,3% a los vehículos eléctricos chinos, mientras que EE. UU. ha adoptado medidas para limitar el desarrollo de semiconductores en China, lo que ha generado respuestas de Pekín, como investigaciones antidumping y restricciones a exportaciones clave.