Un ataque israelí que resultó en la muerte de siete trabajadores de World Central Kitchen llevó al grupo de ayuda a suspender la distribución de alimentos en Gaza, donde la ofensiva israelí contra Hamás ha dejado a cientos de miles de palestinos al borde de la hambruna.
Varios barcos que llegaron recientemente a Gaza emprendieron el regreso a Chipre con 240 toneladas de ayuda no distribuida tras el suceso, según anunció un funcionario en Chipre. El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, reconoció que las fuerzas israelíes habían realizado un “ataque involuntario” contra “personas inocentes en la Franja de Gaza”. Las autoridades están “revisando esto a fondo” y “harán todo lo posible para que esto no ocurra de nuevo”, añadió.
Imágenes de los cuerpos de los fallecidos mostraban que varios llevaban ropa con el logotipo de la organización benéfica. Los fallecidos eran tres británicos, una australiana, un polaco y una persona con doble ciudadanía estadounidense y canadiense, según registros hospitalarios.
José Andrés, fundador de World Central Kitchen, dijo tener “el corazón roto” por la muerte de sus colegas y pidió al gobierno israelí detener la muerte indiscriminada y dejar de utilizar la comida como arma.
El contralmirante Daniel Hagari, portavoz jefe del ejército israelí, dijo que se abriría una investigación independiente para reducir el riesgo de que vuelva a ocurrir un incidente así.
Erin Gore, directora general de World Central Kitchen, dijo que “esto no es sólo un ataque contra WCK, es un ataque contra organizaciones humanitarias que acuden a las situaciones más difíciles donde la comida se utiliza como arma de guerra”.
Ante una creciente catástrofe humanitaria en el norte de Gaza, varios países trabajaron para abrir una ruta marítima con la esperanza de llevar más ayuda al enclave, donde los suministros han entrado con cuentagotas por las rutas terrestres que controla Israel.
Estados Unidos, que ha proporcionado ayuda militar y diplomática crucial a la ofensiva israelí, ha recalcado las ventajas de la nueva ruta marítima y tiene previsto construir un muelle flotante, lo que se espera tome varias semanas.
Estados Unidos está “desconsolado y profundamente preocupado” por el ataque, indicó la vocera del Consejo de Seguridad Nacional Adrienne Watson. “Instamos a Israel a investigar rápidamente lo ocurrido”, escribió.
Nael Eliyan, un palestino desplazado, describió a los fallecidos como “héroes, mártires, gente valiente”.
Los cuerpos de los cooperantes fueron trasladados a un hospital en la ciudad sureña de Rafah, en la frontera con Egipto. El primer ministro de Australia, Anthony Albanese, confirmó que Zomi Frankcom, de 44 años y procedente de Melbourne, estaba entre los fallecidos, y dijo que su gobierno había pedido una explicación a Israel.