- La decisión de EE.UU. de retirar la licencia de Chevron genera tensiones con el gobierno de Maduro.
- Venezuela amenaza con frenar la repatriación de ciudadanos deportados como represalia.
- La medida complica la estrategia de deportación masiva impulsada por Trump.
El Gobierno de Venezuela ha advertido en privado a la administración de Donald Trump que no aceptará la deportación de venezolanos en respuesta a la decisión de Estados Unidos de cancelar la licencia de Chevron para operar en el país sudamericano, informó The Wall Street Journal (WSJ).
Chevron, el detonante de la disputa
El pasado 5 de marzo, EE.UU. anunció el fin de la licencia de Chevron en Venezuela y estableció un plazo hasta el 3 de abril para que la empresa cese sus operaciones. La medida se produjo luego de que Trump criticara al gobierno de Nicolás Maduro por no agilizar las deportaciones de migrantes venezolanos indocumentados en territorio estadounidense.
Como respuesta, Venezuela amenazó con no recibir más deportados, lo que podría afectar los planes del gobierno de Trump, que ha impulsado una política de deportación masiva.

Impacto en los vuelos de repatriación
Según el WSJ, la advertencia venezolana podría entorpecer aún más los planes de repatriación de migrantes, en un contexto donde el gobierno de Trump ya ha tenido que pausar los vuelos de deportación en aviones militares debido a sus altos costos.
Hasta la fecha, 366 venezolanos han sido repatriados en vuelos directos desde EE.UU. en febrero. Además, el 24 de febrero, un avión con 242 migrantes llegó a Caracas desde México, como parte de un acuerdo entre ambos países.
Sin embargo, no ha habido nuevas deportaciones desde el 20 de febrero, y tampoco se ha realizado una nueva visita oficial a Caracas para continuar las negociaciones, lo que refleja la creciente tensión diplomática entre ambos gobiernos.
División dentro del gobierno de Trump
El WSJ también señala que existen diferencias internas en la administración de Trump sobre cómo abordar la relación con Venezuela. Aunque algunos sectores han buscado mantener canales de diálogo con Maduro, la decisión de sancionar a Chevron ha provocado una nueva crisis diplomática.
Este conflicto pone en riesgo los acuerdos migratorios y petroleros entre ambos países y podría tener repercusiones económicas y políticas en la relación bilateral.