- Un informe de IDEA Internacional revela que la democracia en EE.UU. sufrió un “periodo de contracción” durante el mandato de Donald Trump y, aunque ha mejorado, ciertos indicadores siguen por debajo de los niveles de 2015.
- A pesar de mejoras en la credibilidad de las elecciones, la intimidación contra candidatos se mantiene alta y la percepción pública de la política sigue siendo negativa.
- La actual campaña electoral se caracteriza por niveles inusuales de violencia y desinformación, que han influido negativamente en la percepción general de la política en el país.
Según el informe anual de IDEA Internacional, la democracia en Estados Unidos vivió un “periodo de contracción” entre 2017 y 2021, coincidiendo con la presidencia de Donald Trump. Aunque algunos aspectos han mejorado desde entonces, ciertos indicadores como la credibilidad electoral, las libertades civiles y la igualdad política aún no han alcanzado los niveles que se registraban en 2015.
El informe destaca que, aunque las elecciones de medio término de noviembre de 2022 mostraron una recuperación en la credibilidad electoral en comparación con las presidenciales de 2020, esta mejora no ha sido suficiente para superar el declive observado en 2016.
Controversias entorno a la política
En el actual ciclo electoral, marcado por un nivel de violencia sin precedentes y dos intentos de asesinato contra Trump, la percepción pública de la política ha empeorado. En las presidenciales de 2020, las acusaciones de fraude que Trump promovió desembocaron en el asalto al Capitolio el 6 de enero de 2021. El informe menciona que menos de la mitad de los estadounidenses consideran que las elecciones recientes fueron libres y justas.
Además, la controversia en torno a las campañas presidenciales ha afectado la percepción general de la política. Los debates han disminuido en respeto y calidad, y el reciente enfrentamiento entre Trump y Kamala Harris en Filadelfia incluyó acusaciones infundadas que provocaron amenazas de bomba. IDEA Internacional también advirtió que un sondeo revela que uno de cada diez estadounidenses está abierto a la violencia política. A pesar de los altos niveles generales de desempeño democrático, el informe concluye que EE.UU. aún no ha recuperado completamente su estabilidad democrática y que las actitudes públicas hacia la política siguen siendo preocupantes.