La ultraderecha francesa, encabezada por Marine Le Pen y su partido Agrupación Nacional, se muestra firme en su rechazo a ceder la capacidad de disuasión nuclear de Francia a los socios de la Unión Europea (UE), en respuesta a las sugerencias del presidente Emmanuel Macron.
Marine Le Pen ha enfatizado que ningún Comisario de la UE tendría la legitimidad democrática para decidir sobre el “botón nuclear” galo, destacando la importancia de la supervisión de un ataque nuclear como inseparable de la legitimidad nacional.
Criticó la propuesta de Macron de compartir la capacidad de disuasión nuclear con otros países de la UE, argumentando que la toma de decisiones en materia nuclear debe ser exclusivamente francesa.
La líder de la ultraderecha francesa ha rechazado la idea de crear una cartera de Defensa en la Comisión Europea, planteada por Ursula von der Leyen, argumentando que un comisario de Defensa carecería de legitimidad democrática para decidir sobre posibles ataques nucleares y la gestión de una estrategia de disuasión efectiva.
Según Le Pen, cualquier intento de “europeizar” las fuerzas nucleares francesas debilitaría la democracia nacional y constituiría una traición a la Constitución francesa.
En su opinión, la disuasión nuclear debe ser exclusivamente francesa para mantener la independencia nacional y preservar la capacidad efectiva de toma de decisiones en materia de seguridad nacional.