La erupción volcánica en la península de Reykjanes, Islandia, marcada como la cuarta desde octubre pasado, ha experimentado una disminución en su intensidad, según reporta la Oficina Meteorológica de este país nórdico (IMO, en inglés).
El evento, que comenzó el sábado por la noche en el cráter de Sundhnjúkagígar, al norte de la ciudad evacuada de Grindavík, ha generado una fisura de aproximadamente 2.9 kilómetros de longitud.
La IMO señaló que durante la noche la actividad sísmica también disminuyó significativamente, coincidiendo con una disminución del temblor volcánico, siendo una evolución similar a las erupciones anteriores en la misma región.
Aunque la lava ha avanzado hacia la tubería de distribución de agua de la central eléctrica de Svartsengi y hacia las barreras protectoras al este de Grindavík, su velocidad se ha reducido y se monitorea de cerca su avance.
Se estima que la lava se encuentra a aproximadamente un kilómetro del mar en la costa sur de Islandia, lo que genera preocupaciones sobre posibles emisiones de gas y la interacción con el agua marina, lo que podría desencadenar reacciones peligrosas.
La erupción, que se confirmó rápidamente después de su inicio el sábado por la noche, provocó la evacuación de alrededor de 700 personas que se encontraban en la Laguna Azul, una zona turística cercana a Grindavík.
El seguimiento continuo de la actividad volcánica y la coordinación de medidas de seguridad son prioridades en la región afectada.