- La orden ejecutiva busca recortar la fuerza laboral con reducción de contrataciones.
- Elon Musk, asesor clave de Trump, lidera el plan de eficiencia gubernamental.
- Sindicatos y empleados federales expresan temor e incertidumbre ante la medida.
El presidente Donald Trump firmó el martes una orden ejecutiva para continuar con la reducción de la fuerza laboral federal, una medida que se enmarca en los esfuerzos de su administración por recortar gastos y optimizar el funcionamiento del gobierno. La firma de la orden se llevó a cabo en el Despacho Oval, con la presencia de Elon Musk, asesor influyente en la gestión de eficiencia gubernamental.
El documento de la Casa Blanca establece que las agencias federales deberán elaborar planes para una disminución significativa de personal, identificando áreas que pueden ser eliminadas o fusionadas si sus funciones no están legalmente requeridas. Además, se impone una restricción de contratación, permitiendo solo un nuevo empleado por cada cuatro que se retiren del servicio público, aunque se contemplan excepciones en sectores como inmigración, seguridad pública y orden público.
Elon Musk, quien lidera el Departamento de Eficiencia Gubernamental, señaló que el gobierno debe rendir cuentas y calificó a la burocracia federal como un “cuarto poder no elegido”. Según él, la reestructuración responde a la voluntad popular de una reforma gubernamental sustancial.
Como parte del plan de reducción, la administración Trump ha promovido un programa de renuncia diferida, en el cual los empleados que acepten la oferta recibirán su salario hasta el 30 de septiembre. Sin embargo, la iniciativa está en pausa mientras un juez evalúa su legalidad. Más de 65,000 trabajadores han aceptado la propuesta, aunque muchos empleados federales expresan preocupación y resistencia.
En una manifestación frente al Capitolio, cientos de personas se congregaron en apoyo a los empleados gubernamentales. Janet Connelly, diseñadora gráfica del Departamento de Energía, declaró que no confía en la oferta de renuncia y ha tratado sin éxito de bloquear los correos electrónicos que la promueven. “Es demasiado fácil denigrarnos”, expresó.

La incertidumbre también se ha extendido entre los empleados, según Helen Bottcher, exempleada de la Agencia de Protección Ambiental y actual líder sindical en Seattle. Durante una conferencia de prensa organizada por la senadora demócrata Patty Murray, Bottcher subrayó que los trabajadores están preocupados no solo por sus empleos, sino también por el impacto en sus comunidades. Murray, por su parte, criticó la estrategia del gobierno, argumentando que los empleados públicos merecen un trato digno y advirtiendo que la reducción de personal podría afectar el funcionamiento de servicios esenciales.
Una abogada gubernamental, quien habló de manera anónima por temor a represalias, describió el clima laboral como tenso y marcado por la desconfianza. Comentó que algunos empleados temen que sus dispositivos sean monitoreados y que la oferta de renuncia podría dejarlos sin opciones legales en caso de incumplimiento de pago.
Mientras la administración Trump avanza con su plan de reducción gubernamental, el impacto en la fuerza laboral federal sigue generando debate y preocupación en distintos sectores.