México, 25 de octubre de 2021.- Basado en un estudio de ONU Hábitat, Rogelio Jiménez Pons, director general del Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur), afirmó que el Tren Maya impactará positivamente en la población de la zona Sur-Sureste del país porque habrá inmigración, se detonará el gasto turístico, se incrementarán las fuentes de empleo, ayudará a combatir la pobreza y contribuirá a la diversificación productiva.
Al comparecer ante la Comisión de Comunicaciones y Transportes del Senado como parte de la Glosa del III Informe de Gobierno, el funcionario reiteró que este proyecto busca impulsar el desarrollo de la región respetando el derecho de los pueblos originarios, la salvaguarda del medio ambiente, la protección del patrimonio arqueológico y cultural, aparejado con un proceso de ordenamiento territorial en las zonas aledañas.
A los senadores les recordó que los 7 tramos del Tren Maya pasarán por cinco estados: Campeche, Chiapas, Quintana Roo, Tabasco y Yucatán. Contará con 21 estaciones y 17 paraderos.
Prestará tres tipos de servicios: pasajeros locales, turistas y carga y recorrerá una ruta de 1,554 kilómetros.
El titular de Fonatur destacó que un estudio de ONU Hábitat afirma que el Tren Maya impactará positivamente en la población porque habrá inmigración, crecerá el gasto turístico, así como el empleo, ayudará a combatir la pobreza y contribuirá a la diversificación productiva.
“En cuanto al empleo habrá una detonación de 750 mil nuevos empleos formales en municipios con estaciones, las estaciones van a ser un factor importante de crecimiento, así como 150 mil empleos rurales. (…) Nuevos empleos previstos en la industria de alimentos, en 10 años más de un millón de empleos se podrán plantear creados a partir del Tren Maya. (…) En cuanto al impacto del bienestar, el Tren Maya representa una articulación del territorio, con el Tren Maya en 2030 se estima que 200 mil personas superen la línea de bienestar. Disminuirá en 27 por ciento la población con carencias económicas en la zona de impacto del proyecto”.
Rogelio Jiménez Pons descartó afectaciones ambientales por el desarrollo del proyecto, pues se están preservando las selvas y las reservas naturales y está el compromiso de arreglar y mejorar 15 zonas arqueológicas que están asentadas sobre la ruta del Tren Maya.
Dijo que a la fecha 327 personas han interpuesto 25 amparos contra el proyecto.
Señaló que 49 personas físicas y morales se repiten en todos los amparos y se tienen identificadas a seis organizaciones de la sociedad civil detrás de estos.
No descartó que el Tren Maya en el futuro funcione con hidrógeno verde, para reducir la emisión de contaminantes. Por ahora, dijo, se tiene previsto el uso de diésel ligero.