- Legisladores de Texas buscan que el tema del agua se incluya en las negociaciones de aranceles.
- Acusan a México de incumplir el Tratado de Aguas de 1944, afectando la economía del estado.
- La gobernadora Claudia Sheinbaum esperará la aplicación de aranceles antes de tomar medidas.
Legisladores de Texas están presionando a la administración de Donald Trump para que, en el marco de las negociaciones de aranceles con México, también se exija el cumplimiento del Tratado de Aguas de 1944. Según los legisladores, México ha incumplido sus compromisos de entrega de agua durante las últimas tres décadas, lo que ha provocado una crisis en el sur de Texas, afectando la agricultura y otras industrias dependientes del recurso.
La congresista demócrata estatal Erin Elizabeth Gámez advirtió sobre las “graves consecuencias económicas” que enfrenta Texas debido a la falta de agua proveniente de México. Como ejemplo, mencionó el cierre de una planta azucarera en el Valle de Texas el año pasado por insuficiencia del recurso hídrico.
Por su parte, el senador republicano Adam Hinojosa presentó un decreto que insta a las autoridades federales de EE.UU. a exigir a México que cumpla con el tratado, argumentando que el país vecino ha expandido su producción agrícola en Chihuahua con volúmenes de agua que superan lo pactado en el acuerdo.
El republicano Charles Perry propuso utilizar el comercio bilateral como herramienta de presión. “Condicionar el comercio a la entrega de agua podría beneficiar a los agricultores del Valle de Texas, quienes enfrentan serias dificultades por la sequía”, declaró Perry.
En paralelo, Cody Harris, otro legislador republicano, presentó una propuesta para destinar hasta mil millones de dólares anuales al Fondo de Agua de Texas, con el objetivo de mejorar la infraestructura hídrica y garantizar un mejor aprovechamiento del recurso.

Sin embargo, expertos advierten que la crisis del agua afecta a ambas naciones por igual. Rosario Sánchez, investigadora del Instituto de Recursos Hídricos de Texas, señaló que las condiciones de la cuenca han cambiado desde la firma del tratado, lo que hace difícil cumplir con los volúmenes establecidos hace 80 años.
Hasta el momento, el gobierno mexicano no ha respondido formalmente a la exigencia texana. La presidenta Claudia Sheinbaum ha indicado que esperará hasta el 2 de abril, cuando EE.UU. tiene previsto aplicar aranceles a productos metálicos mexicanos, antes de tomar decisiones sobre posibles represalias.