En McAllen, Texas, fuertes vientos han avivado incendios forestales, obligando a evacuar áreas y desafiando los esfuerzos de los bomberos por contener las llamas.
El incendio de Smokehouse Creek, el más grande hasta el momento, está contenido solo en un 15%, mientras que otros dos incendios están bajo control al menos en un 60%. Las condiciones meteorológicas extremas, combinadas con pasto seco y temperaturas inusualmente cálidas, han contribuido a la propagación de los incendios.
Los incendios han arrasado más de 4,921 kilómetros cuadrados en áreas rurales alrededor de Amarillo, con el incendio de Smokehouse Creek abarcando cerca de 4,400 kilómetros cuadrados y extendiéndose incluso a la vecina Oklahoma. El secretario de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Alejandro Mayorkas, ha anunciado la dedicación de fondos, equipamiento y personal para asistir en las labores de extinción, aunque advierte sobre posibles condiciones meteorológicas extremas en el futuro.
Las alertas rojas emitidas por el Servicio Meteorológico Nacional indican un riesgo extremo de incendios debido a las altas temperaturas, baja humedad y fuertes vientos en varias partes del centro de Estados Unidos, incluyendo Texas, Nuevo México y Oklahoma, así como áreas de Nebraska, Iowa, Kansas, Missouri, Dakota del Sur, Colorado, Wyoming, Minnesota e Illinois.
Los fuertes vientos han provocado la evacuación de la población de Sanford, en Texas, con poco más de 100 residentes. Mientras los bomberos luchan contra los incendios, las organizaciones humanitarias se centran en ayudar a las víctimas que han perdido sus hogares y medios de vida. Las donaciones son cruciales para ayudar a las familias desplazadas y reconstruir comunidades afectadas.