- Los primeros testigos citados por la Fiscalía comenzaron a declarar en el caso contra el expresidente argentino Alberto Fernández por presunta violencia machista.
- La periodista Alicia Barrios y la exsecretaria María Cantero brindaron sus testimonios, confirmando violencia emocional pero sin evidenciar agresiones físicas.
- La Fiscalía investiga si Fernández cometió lesiones graves y violencia de género contra su expareja, Fabiola Yáñez.
Este jueves, los primeros testigos comenzaron a declarar ante la Fiscalía en la denuncia contra el expresidente argentino Alberto Fernández, presentada por su exesposa, Fabiola Yáñez. Los testimonios se centraron en presuntas agresiones entre 2019 y 2023.
Alicia Barrios, primera testigo, es una periodista que conocía bien la vida diaria de Fernández y Yáñez en la residencia presidencial de Olivos. Durante su declaración, Barrios confirmó que existía “violencia emocional” hacia Yáñez, aunque no pudo testificar sobre agresiones físicas, ya que no presenció tales actos.
María Cantero, exsecretaria de Fernández, también declaró. Su testimonio es crucial porque se encontraron fotos y mensajes de texto relacionados con la denuncia en su teléfono móvil. Cantero llegó poco antes de las 12:30 hora local y su declaración es parte de una investigación más amplia sobre el posible tráfico de influencias por parte de Fernández.
Otros testigos citados incluyen a Sofía Pacchi, amiga de Yáñez; Federico Saavedra, extitular de la Unidad Médica de la residencia presidencial; Daniel Rodríguez, encargado de la residencia; y Miriam Yáñez Verdugo, madre de Fabiola.
La declaración de Rodríguez está programada para el 26 de agosto, y se espera que Miriam Yáñez Verdugo testifique en el Consulado de Argentina en Madrid, donde reside. La fecha de declaración de Pacchi aún no ha sido fijada.
El fiscal Ramiro González imputó a Fernández por lesiones graves agravadas y violencia de género. En su dictamen, González sostuvo que Yáñez sufrió acoso psicológico y agresiones físicas en un contexto de violencia intrafamiliar y desigualdad de poder, exacerbada por el cargo presidencial de Fernández.