En medio de profundas discrepancias sobre la estrategia para abordar el conflicto en Ucrania, Chequia y Eslovaquia han suspendido temporalmente sus relaciones intergubernamentales.
Esta ruptura, impulsada por la posición pro-rusa de Eslovaquia, ha llevado a un intercambio de críticas entre los líderes políticos de ambos países.
El primer ministro checo, Petr Fiala, anunció la suspensión de la cooperación bilateral debido a lo que considera diferencias fundamentales en la política exterior, especialmente en relación con la reciente reunión entre el ministro de Asuntos Exteriores eslovaco y su homólogo ruso.
Por su parte, el primer ministro eslovaco, Robert Fico, defendió la postura de su gobierno, afirmando que busca la paz en Ucrania y rechazando las acusaciones de apoyar la guerra. Sin embargo, estas declaraciones han sido cuestionadas tanto dentro como fuera de Eslovaquia, con críticas que sugieren que la política exterior de Fico está aislando al país y dañando sus relaciones con los vecinos europeos.
La tensión entre Chequia y Eslovaquia refleja las complejas dinámicas políticas en Europa Central y Oriental, así como las diferentes perspectivas sobre el conflicto en Ucrania. Este episodio puede tener implicaciones significativas para la estabilidad regional y las relaciones diplomáticas en el futuro próximo.