Sudáfrica ha presentado una acusación contra Israel, alegando un pavoroso intento de cometer genocidio en Gaza, durante el primer día de un juicio histórico ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de las Naciones Unidas.
En la audiencia, los abogados sudafricanos instaron a la CIJ a ordenar a Israel cesar las operaciones militares en Gaza, alegando que Israel ha superado su objetivo de erradicar a Hamas y ahora busca la destrucción de la población de la región sitiada. Se acusa a Israel de violar la Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio de la ONU. Los abogados argumentaron que incluso el ataque de Hamas en territorio israelí el pasado 7 de octubre, durante el cual murieron 1,200 personas y otras 240 fueron capturadas como rehenes, no justificaría las acciones israelíes.
Ronald Lamola, ministro sudafricano de Justicia, abrió la audiencia declarando que Israel ha cruzado la línea con su bombardeo en Gaza, el cual, según funcionarios de Salud en la región, ha dejado más de 23,000 muertos.
Tembeka Ngcukaitobi, abogado de la Suprema Corte de Sudáfrica, afirmó ante la corte que la intención de destruir Gaza ha sido cultivada a niveles estatales israelíes, calificando la evidencia de intento genocida como pavorosa, abrumadora e indiscutible.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, negó vehementemente las acusaciones, argumentando que su país está combatiendo a “terroristas asesinos que han cometido crímenes de lesa humanidad”. Netanyahu acusó a Sudáfrica de hipocresía y afirmó que Israel hace todo lo posible para evitar bajas civiles.
El juicio, que aborda la creación de Israel como Estado judío después del Holocausto, se centra en la Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio. Esta define el genocidio como actos cometidos con la intención de destruir, en todo o en parte, a un grupo nacional, étnico, racial o religioso.
Sudáfrica ha respaldado la causa palestina desde la época posterior al apartheid. La intervención de Ciudad del Cabo, aunque rara, tiene precedentes, como el caso en 2019 en el que Gambia llevó a Myanmar ante la CIJ por genocidio contra la etnia rohinyá.
Aunque los juicios de la CIJ son obligatorios para las partes, la corte carece de medios para hacer que se cumplan las órdenes. Se espera que emita un fallo sobre medidas de emergencia para detener las operaciones militares israelíes en Gaza a finales de mes, pero las decisiones sobre las acusaciones de genocidio pueden demorar años.
El juicio se desarrolló en una atmósfera tensa, con manifestaciones opuestas fuera de la corte. Activistas proisraelíes exigieron el retorno de los rehenes en poder de Hamas, mientras que simpatizantes palestinos demandaron un cese inmediato del fuego en Gaza. El mes próximo, Israel enfrentará nuevas audiencias en la CIJ sobre la legalidad de sus políticas en Cisjordania ocupada y Jerusalén Oriental.