- Scholz considera posible adelantar el voto de confianza, que inicialmente planeaba para enero de 2025.
- La destitución del ministro de Finanzas, Christian Lindner, deja al gobierno de Scholz en una situación de minoría.
- La CDU/CSU pide elecciones anticipadas y propone como fecha el 19 de enero.
El canciller de Alemania, Olaf Scholz, ha afirmado que considera la opción de adelantar el voto de confianza al mes de diciembre, un proceso que inicialmente había propuesto para enero de 2025. En declaraciones recientes, Scholz señaló que no ve problemas en celebrar esta votación antes de las fiestas navideñas si los grupos parlamentarios lo acuerdan. Esta declaración refleja la incertidumbre que vive el gobierno alemán tras la destitución de Christian Lindner como ministro de Finanzas, que desencadenó una crisis política en el país.
La salida de Lindner, líder del Partido Liberal (FDP), rompió la coalición tripartita que hasta ese momento gobernaba el país, compuesta por el SPD, Los Verdes y el FDP. Actualmente, el gobierno de Scholz se encuentra en una posición de minoría, dependiendo del apoyo de la oposición, en particular de la CDU/CSU, para poder seguir impulsando sus propuestas legislativas. Aunque Scholz ha mostrado interés en agilizar el proceso, ha dejado claro que cualquier decisión dependerá de los acuerdos alcanzados en el Parlamento.
La CDU/CSU exige elecciones anticipadas para enero.
El líder de la CDU, Friedrich Merz, ha aprovechado la coyuntura para presionar por un adelanto de las elecciones generales. Merz ha sugerido que las elecciones podrían celebrarse el 19 de enero de 2025, lo que forzaría una revisión rápida del voto de confianza. Además, el dirigente opositor ha propuesto que este voto se realice incluso antes, señalando como fecha posible el miércoles 13 de noviembre, para poner fin a la incertidumbre política.
A pesar de las tensiones internas y las amenazas de elecciones anticipadas, Scholz ha insistido en que la prioridad es asegurar un nuevo mandato que provenga del apoyo popular y no de otros actores políticos. La situación actual, con un gobierno en minoría y en medio de negociaciones con la oposición, ha aumentado la presión sobre el canciller y su partido, el SPD, para tomar decisiones rápidas que estabilicen el panorama político alemán.