- Rafael tocó tierra en Cuba como un huracán de categoría 3, con vientos de hasta 186 km/h.
- Las provincias de Artemisa, La Habana y Mayabeque fueron las más afectadas.
- Más de cuatro millones de personas resultaron afectadas, pero no se han reportado muertes hasta ahora.
- El ciclón causó graves daños materiales y una nueva desconexión del sistema eléctrico nacional.
El huracán Rafael, que tocó tierra en Cuba el miércoles con vientos de hasta 186 km/h, causó devastación en varias provincias del país, especialmente en el occidente. Yusimí, residente de Corojal, en Artemisa, vivió la tragedia de perder su hogar, que quedó reducido a escombros tras el paso del ciclón. Junto a su hija, con discapacidad, se resguardó en la casa de una vecina, pero al regresar encontró solo algunas vigas y paredes, lo que la sumió en una profunda tristeza. La mujer expresó que, al ver su casa destruida, “casi me muero de la tristeza”.
A lo largo de las localidades afectadas, como Corojal y Playa Majana, los testimonios de los damnificados coincidieron en el impacto emocional y material del desastre. Mientras algunos, como Mayté, se resignaban a las pérdidas materiales diciendo “Gracias a Dios tenemos buena salud”, otros lamentaban las grandes destrucciones. Las viviendas de madera y zinc quedaron arrasadas por los vientos y las lluvias intensas, y en las calles se observaban montones de escombros y restos de lo que alguna vez fueron hogares.
Destrucción masiva y millones de afectados en el occidente de Cuba.
A pesar de la magnitud de los daños, el gobierno cubano ha confirmado que no se han registrado víctimas fatales. El huracán Rafael afectó a más de cuatro millones de personas, incluidos dos millones en la capital, La Habana. El paso del ciclón también provocó cortes masivos de energía, dejando sin electricidad a toda la isla, un nuevo golpe para un sistema energético ya debilitado por la crisis económica y la falta de recursos. Este apagón, que afectó a todo el Sistema Eléctrico Nacional, fue el segundo en menos de tres semanas, aumentando la gravedad de la situación.
Rafael es el segundo huracán que golpea Cuba en 2024, después de Óscar, que azotó el noreste de la isla en octubre. Aunque el impacto de ambos ciclones ha sido devastador, las autoridades cubanas siguen trabajando para restaurar los servicios básicos y ayudar a los afectados, mientras la población se mantiene firme ante las adversidades. La comunidad cubana sigue enfrentando una difícil recuperación, pero se mantiene unida en la esperanza de salir adelante, tal como lo expresó un hombre de la zona, quien, pese a todo, afirmó: “Dios es lo más grande. Hay que seguir su plan”.