Francia, Suecia y Dinamarca han presentado una iniciativa conjunta para regular la exportación de desechos textiles en la Unión Europea, proponiendo que estos se consideren como peligrosos debido a su creciente impacto medioambiental, especialmente en países en desarrollo. Los ministros de Medioambiente de estos tres países, Christophe Béchu de Francia, Romina Pourmokhtari de Suecia y Magnus Heunicke de Dinamarca, argumentan que la producción masiva de ropa, estimada en cien mil millones de prendas anuales según datos de la Fundación Ellen MacArthur, convierte al sector textil en uno de los más perjudiciales para el medio ambiente en la UE.
El ciclo de vida de los textiles, desde su producción que consume grandes cantidades de energía, agua y productos químicos, hasta su uso y posterior desecho, está afectando significativamente al medio ambiente. Además, el transporte aéreo o marítimo de estos desechos contribuye al ocho por ciento de las emisiones globales de gases de efecto invernadero. Los ministros alertan sobre el aumento exponencial de las exportaciones europeas de textiles usados en los últimos veinte años, alcanzando 1,7 millones de toneladas en 2019, y la falta de capacidad de gestión de residuos adecuada en países receptores de África y Asia.
A nivel de la UE, se menciona la existencia de legislaciones nacionales específicas y directivas europeas relacionadas con el desarrollo sostenible y la gestión de residuos. Sin embargo, los ministros consideran que es urgente actuar y proponen que la UE cumpla con los requisitos del Convenio de Basilea, incluyendo el consentimiento informado y previo para la importación y exportación de residuos, así como la prohibición total de exportar residuos textiles peligrosos que contienen productos químicos o pintura. Esta propuesta busca abordar el problema creciente de la contaminación textil y promover prácticas más sostenibles en el sector.