A pesar de décadas de esfuerzos mundiales para disminuir la contaminación por mercurio, los niveles de este metal en el atún continúan siendo preocupantemente altos.
El mercurio, una sustancia venenosa liberada principalmente por la extracción y quema de carbón, encuentra su camino hacia los océanos, donde se acumula en los peces.
Aunque los niveles de mercurio han disminuido drásticamente en la atmósfera, permanecen estables en el atún desde 1971. Este fenómeno se atribuye a la presencia de mercurio antiguo en las profundidades del océano, que se mezcla con las aguas donde habitan los atunes.
El mercurio presente en los ecosistemas marinos se convierte en metilmercurio, su forma más peligrosa, y se acumula en los atunes a través de su alimentación de otros peces contaminados. Dado que el atún es uno de los pescados más consumidos en el mundo, los humanos están expuestos a este elemento al consumirlo.
Las principales fuentes de contaminación por mercurio incluyen la minería de carbón y oro, la quema de carbón, la industria y el tratamiento de residuos. Aunque se han implementado restricciones para reducir estas actividades, los niveles de mercurio en el atún no han disminuido como se esperaba.
Un nuevo estudio que analizó casi 3,000 muestras de músculo de atún reveló que los niveles de mercurio se han mantenido estables desde 1971, con la excepción de un aumento en el Pacífico noroccidental a fines de la década de 1990, relacionado con el aumento de las emisiones de mercurio en Asia.
Los investigadores advierten que se necesitan reducciones significativas en las emisiones de mercurio para ver una disminución en los niveles de mercurio del atún. Aunque se han realizado progresos en los últimos años, se requerirá paciencia antes de observar cambios significativos, similar al proceso de estabilización y reducción de emisiones de dióxido de carbono en la atmósfera.