La Fontana de Trevi, uno de los monumentos más emblemáticos de Roma, ha estrenado una pasarela que permite a los turistas observarla de cerca mientras se encuentra en restauración. Esta iniciativa ha generado opiniones divididas, ya que, aunque ofrece una perspectiva única del monumento, ha desatado la polémica entre los comerciantes de la zona.
El alcalde de Roma, Roberto Gualtieri, defendió la pasarela, destacando que brinda una experiencia única para los turistas, incluso durante las obras de mantenimiento. La instalación también será utilizada para evaluar la viabilidad de implementar una entrada de pago, con el objetivo de regular el número de visitantes. La Fontana de Trevi, que recibe entre 10,000 y 12,000 turistas al día, es uno de los destinos más visitados de la ciudad.
Sin embargo, los comerciantes locales se oponen a la pasarela, preocupados por el impacto negativo en la estética de la fuente barroca. Alessandra Ciotti, propietaria de la Farmacia Pesci, una de las más antiguas de Roma, expresó su temor de que la estructura de metal dañe el monumento.
El Ayuntamiento de Roma, por su parte, considera que la pasarela permitirá que los turistas sigan disfrutando de la fuente durante las obras. Además, se aplicarán multas a quienes tiren monedas o coman en la pasarela. La estructura también se utilizará para estudiar la posibilidad de cobrar por el acceso a la fuente, algo que podría implementarse en el futuro.
La pasarela tendrá un acceso limitado a entre 100 y 130 personas a la vez, lo que busca evitar las aglomeraciones y mejorar el flujo de turistas. Esta medida se evaluará para determinar si se mantendrá tras la finalización de las obras.
Turistas de diferentes partes del mundo han expresado su asombro por la nueva perspectiva de la Fontana de Trevi. Algunos consideran que es una experiencia interesante, mientras que otros prefieren verla como estaba antes, con agua en su cuenca.
Las obras de restauración, que comenzaron el 7 de octubre, se espera que terminen antes del 24 de diciembre, cuando dará inicio el Jubileo, que atraerá a millones de peregrinos. Tras finalizar las reparaciones, la pasarela será retirada, pero el sistema de control de acceso podría mantenerse.