Tras el retiro de más de 400 migrantes de la plaza Giordano Bruno en la Ciudad de México, el Instituto Nacional de Migración (INM) informó que los extranjeros pagaban una cuota a un dirigente territorial para asegurar un lugar en el campamento, la cual variaba entre los 200 y 600 pesos.
El operativo, llevado a cabo con el respaldo de la Guardia Nacional y la policía de la Ciudad de México, no ha generado una respuesta sobre una posible denuncia contra la persona que presuntamente extorsionaba a los migrantes.
El INM explicó que la acción se realizó para trasladar a los migrantes a albergues y espacios del INM para atender sus necesidades y regularizar su situación migratoria. Se estableció contacto con 432 personas migrantes, de las cuales 83 aceptaron ser trasladadas a estaciones del INM en Morelos y estado de México, mientras que nueve fueron llevadas a oficinas de regularización migratoria en la Ciudad de México, y siete fueron conducidas a un albergue en la capital.
Además, 99 extranjeros aceptaron recibir una tarjeta de visitante por razones humanitarias, la cual regulariza su situación migratoria en el país por un año. Sin embargo, estas versiones contradicen testimonios recabados durante el desalojo, donde varios migrantes expresaron miedo y falta de claridad sobre su destino.
El campamento, instalado hace más de dos años cerca de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados, ha sido objeto de varios desalojos por parte del INM en el pasado.