- La excanciller alemana Angela Merkel reconoce el impacto negativo de sus decisiones en Grecia, España, Italia y Portugal.
- Considera que su enfoque de austeridad fue clave para proteger la estabilidad de la eurozona.
- Su autobiografía, Libertad, detalla los momentos más críticos de la crisis del euro.
Angela Merkel, excanciller de Alemania, reconoció en su autobiografía que su reputación quedó profundamente afectada en países como Grecia, Portugal, España e Italia debido a las estrictas políticas de austeridad que impulsó durante la crisis del euro. Estas medidas, condicionadas al otorgamiento de rescates financieros, generaron un fuerte rechazo en esas naciones.
“Siempre quedará la pregunta de si debería haber renunciado a las exigencias de austeridad y reformas. Mi reputación quedó completamente arruinada en esos países”, escribe Merkel en su libro Libertad, publicado este martes.
El euro y la unidad europea
La excanciller dedica un capítulo de su obra a la crisis del euro, repasando los momentos decisivos, como la propuesta de su entonces ministro de Finanzas, Wolfgang Schäuble, para que Grecia abandonara temporalmente la eurozona en 2015. Merkel rechazó esa idea, argumentando que el euro simboliza la unión europea y que la salida de un país podría generar un efecto dominó.
“Expulsar a un miembro de la eurozona habría tenido consecuencias impredecibles. Grecia debía seguir siendo parte del bloque”, señaló Merkel, quien defendió su postura pese a las críticas en Alemania y otros países.
Relación con Alexis Tsipras
Merkel también recordó los intensos momentos de negociación con el primer ministro griego de la época, Alexis Tsipras, durante el tercer rescate a Grecia. Aunque destaca su disposición al diálogo en algunos encuentros, señala que las diferencias se profundizaron cuando Tsipras promovió el rechazo al rescate en un referéndum.
“No obstante las tensiones, insistí en mantener las condiciones estrictas de acceso a los rescates, porque creía firmemente en la necesidad de disciplina fiscal y reformas estructurales para garantizar la estabilidad a largo plazo”, explicó.
Medidas y firmeza
La excanciller rememoró otros episodios, como una llamada nocturna del entonces primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, intentando suavizar las condiciones de los fondos de rescate. Merkel se mantuvo firme en sus convicciones y advirtió que ceder habría puesto en peligro la confianza en la moneda única.
“No exigir disciplina presupuestaria habría significado asumir la deuda de toda la eurozona, lo que habría socavado la estabilidad del euro”, subrayó.