Manuel Guerrero, un mexicano con ciudadanía británica que estuvo encarcelado en Catar por ser homosexual, ha lanzado una dura crítica sobre las condiciones en los centros de detención del país árabe. Guerrero, arrestado el 4 de febrero en Doha, calificó las condiciones de su prisión como “inhumanas” y una grave violación de los derechos humanos.
Guerrero relató que, durante su detención, los primeros siete días los pasó en una celda en malas condiciones, infestada de cucarachas, con muy poco acceso a agua y comida. La celda estaba diseñada para 12 personas pero alojaba a más de 40 prisioneros, la mayoría de los cuales hablaba árabe y fumaba.
Explicó que estas duras condiciones estaban pensadas para quebrar a los prisioneros y forzarlos a aceptar cargos que no cometieron. Además, se le obligó a firmar documentos en árabe sin acceso a asesoría legal o traducción.
Uno de los aspectos más difíciles de su detención fue el aislamiento durante cuatro días después de que se descubriera que vivía con VIH. Guerrero fue separado de los demás prisioneros por temor infundado de los guardias sobre la transmisión del VIH y experimentó retrasos en la administración de su medicación, lo que describió como una forma de tortura.
A pesar de no tener acceso a asistencia legal o a sus embajadas, las cartas y visitas de familiares le proporcionaron apoyo emocional durante su encarcelamiento. Ahora, tras su regreso a México, Guerrero quiere reconstruir su vida y espera que su experiencia ayude a otros en situaciones similares.
Guerrero también ha pedido una revisión de las políticas de derechos humanos en Catar, subrayando que, a pesar de que el país está suscrito a tratados internacionales, aún muestra serias deficiencias en el trato a los detenidos.