- Leticia Canché, asegura que su hijo debía enfrentar la justicia, pero no de esta manera.
- Ismael N., alias “El Wero”, fue linchado por vecinos tras entregarse a las autoridades por un asesinato.
- La madre de la víctima, exige investigar a los responsables del linchamiento.
En Tekit, Yucatán, Leticia Canché sigue buscando justicia por la muerte de su hijo Ismael N., conocido como “El Wero”, quien fue linchado por un grupo de vecinos después de cometer un asesinato. A pesar de haberse entregado a las autoridades, los pobladores decidieron tomar la justicia en sus manos.
Leticia, entre lágrimas, comentó que su hijo debía enfrentar las consecuencias de su crimen, pero de una forma legal y no tan cruel. “Lo entregué para que se hiciera justicia y me lo mataron”, dijo con tristeza.
Un crimen y una decisión desesperada
Horas después de asesinar a Doña Candy, “El Wero” regresó a su casa y se escondió en el techo. Su madre lo encontró y, al saber lo que había hecho, lo convenció de entregarse a las autoridades. Ismael aceptó y, tras confesar su crimen, fue detenido por la Policía Estatal de Investigación (PEI). Lo subieron a una patrulla para trasladarlo a la comandancia municipal, pero no llegaron ni a 100 metros cuando los vecinos lo interceptaron.
La justicia extrajudicial
El grupo de personas armadas con palos, piedras y machetes bajó a Ismael de la patrulla, lo golpeó severamente y le prendió fuego. Leticia acusó a varios de los agresores de estar involucrados en la venta de drogas y afirmó que ellos contribuyeron a la violencia que acabó con la vida de su hijo.
“Nosotros no pedimos que lo mataran, solo que enfrentara su crimen ante la justicia. La violencia no es el camino”, agregó la madre.
Petición de investigación
Leticia solicitó que las autoridades investiguen a fondo los hechos. Reclamó que los responsables del linchamiento también sean castigados, pues considera que Ismael cometió un error, pero no merecía morir de esa forma.
Después de la tragedia, la madre acudió a Ticul para recuperar el cuerpo de su hijo. En su rostro se reflejaba el dolor y la indignación, no solo por la muerte de su hijo, sino también por la forma en que se dio el desenlace. “No quiero que esto quede impune”, subrayó.