La Unión Europea ha dado su aprobación final al Pacto de Migración y Asilo, un sistema unificado diseñado para abordar las llegadas de migrantes irregulares y mejorar la gestión de las solicitudes de asilo.
Este pacto busca poner fin a las divisiones entre los Estados miembros y establecer una base común para enfrentar los desafíos migratorios.
El pacto, acordado en diciembre por los Estados miembros y respaldado por el Parlamento Europeo en abril, prevé por primera vez una solidaridad obligatoria entre los países de la UE para compartir la carga de la migración. Bajo este mecanismo, cada país deberá contribuir, ya sea financieramente, aceptando refugiados o ambas formas.
Las principales piezas legislativas del pacto incluyen:
- Actualización del Reglamento Eurodac: Amplía el alcance de la base de datos de huellas dactilares de migrantes irregulares y facilita los retornos. Además, permite el almacenamiento de imágenes faciales y otra información alfanumérica.
- Reglamento de Control: Refuerza los controles en las fronteras exteriores de la UE, estableciendo un sistema para procesar a los migrantes irregulares en un plazo máximo de siete días en las fronteras y tres días dentro del territorio comunitario. Los solicitantes de asilo podrían ser reubicados en otros países de la UE bajo el mecanismo de solidaridad.
- Reglamento sobre Procedimientos de Asilo: Establece un procedimiento común para solicitudes de protección internacional en toda la UE, incluyendo un proceso acelerado para casos considerados de baja probabilidad de obtener el estatuto de refugiado.
- Reglamento sobre Gestión del Asilo y la Migración: Reemplaza al Reglamento de Dublín y establece nuevas normas para determinar qué Estado miembro es responsable de examinar una solicitud de asilo. Introduce un mecanismo de solidaridad para apoyar a los países con altas llegadas de migrantes.
- Nuevo Reglamento para Crisis de Asilo y Migración: Establece un marco para hacer frente a situaciones de crisis, como aumentos repentinos en la llegada de inmigrantes. Incluye un mecanismo de solidaridad especial para estos casos, con opciones como reubicaciones o contribuciones financieras.
Este pacto representa un hito importante en los esfuerzos de la UE para abordar la migración de manera más efectiva y solidaria. Su implementación está programada para 2026, y se espera que marque una nueva era en la política migratoria europea.