- Las lluvias extinguen gran parte de los incendios históricos en Los Ángeles.
- Aumenta el riesgo de inundaciones en zonas afectadas por el fuego.
- Incendios dejaron 28 muertos y daños a más de 15.000 estructuras.
Las fuertes lluvias del fin de semana lograron apagar casi por completo los incendios que han devastado el condado de Los Ángeles desde el 7 de enero. Sin embargo, las mismas precipitaciones han elevado la alerta por inundaciones en áreas quemadas, complicando aún más la situación en la región.
En Malibú, uno de los lugares más afectados por los incendios, las condiciones peligrosas en carreteras y problemas de acceso forzaron el cierre de escuelas y algunas vías principales, según informaron las autoridades locales.
Incendios bajo control
El incendio en Pacific Palisades, el más severo de la temporada, ha sido contenido en un 94 %, después de arrasar con más de 9.300 hectáreas, según el Departamento de Bomberos de California (Cal Fire). Otros focos importantes, como el incendio Eaton en Pasadena y el Hughes en el norte del condado, están controlados en un 98 % y 95 %, respectivamente.
Estos incendios, que se extendieron durante 20 días, han dejado un saldo devastador: 28 personas fallecidas, más de 15.000 estructuras destruidas y la evacuación de más de 150.000 residentes.
Alerta por inundaciones
El Servicio Nacional de Meteorología (NWS, por sus siglas en inglés) advirtió que, aunque las lluvias disminuirán en intensidad, las zonas quemadas como Eaton y Bridge enfrentan un alto riesgo de inundaciones debido a la falta de vegetación que retenga el agua. Además, tormentas aisladas cerca de Santa Mónica y el condado de Orange podrían agravar la situación.
Estos incendios pasarán a la historia como uno de los desastres naturales más costosos en Estados Unidos, con efectos devastadores en vidas humanas, infraestructuras y ecosistemas.