- Liu Jiakun, arquitecto chino, es reconocido con el premio Pritzker 2025, el más prestigioso en su campo.
- Su obra se caracteriza por fusionar utopía y funcionalidad, con énfasis en el contexto local y cultural.
- A lo largo de su carrera, ha utilizado materiales locales y técnicas tradicionales en sus proyectos más emblemáticos.
Liu Jiakun, el arquitecto chino que ha jugado un papel fundamental en la transformación de la arquitectura en China, ha sido galardonado con el premio Pritzker 2025, uno de los más altos reconocimientos en el mundo de la arquitectura, comparable al Nobel en este campo.
“Siempre he aspirado a ser como el agua: penetrar en un lugar sin tener una forma fija y adaptarme al entorno local”, declaró Liu Jiakun, quien nació en 1956 en Chengdú, China. Durante sus primeros años de carrera, compaginó la arquitectura con su otra pasión, la escritura, hasta 1993.
El jurado del premio destaca que la arquitectura de Liu refleja la “utopía frente a la existencia cotidiana, la historia frente a la modernidad, y el colectivismo frente a la individualidad”. Además, subraya que sus diseños celebran la vida cotidiana de las personas y son una manifestación de su profunda conexión con la comunidad.
Liu ha enfoca su trabajo principalmente en Chengdú
A lo largo de su carrera, Liu ha enfocado su trabajo principalmente en Chengdú, su ciudad natal, donde ha dado prioridad al uso de materiales locales y a la integración de técnicas tradicionales, buscando armonizar el crecimiento urbano con el respeto al entorno y la cultura local.
Uno de sus proyectos más emblemáticos es el Museo de Chengdú, una estructura circular que cuenta con un tragaluz central. Este edificio, que no tiene ventanas pero presenta aberturas por donde la luz se filtra, se fusiona con paisajes naturales y artificiales que se entrelazan en perfecta armonía.
En sus propias palabras, Liu Jiakun considera que la arquitectura debe “abstraer y hacer visibles las cualidades inherentes a la gente del lugar”. Además, enfatiza que la arquitectura tiene el poder de moldear el comportamiento humano, crear atmósferas y cultivar un sentimiento de comunidad compartida, al mismo tiempo que evoca serenidad, poesía, compasión y misericordia.
