En el lujoso complejo turístico de Borgo Egnazia en Apulia, el G7 cerró su cumbre con un enfoque claro en migración, inteligencia artificial y seguridad económica global. Los líderes reiteraron su compromiso de enfrentar desafíos mundiales cruciales.
Además de abordar temas como el cambio climático, Irán y la igualdad de género, los líderes expresaron solidaridad con Ucrania y apoyo a un alto el fuego inmediato en Gaza. También se comprometieron con inversiones en infraestructura sostenible en África y acciones contra el cambio climático y la migración.
La primera ministra italiana, Giorgia Meloni, conocida por su postura firme en inmigración, propuso aumentar el apoyo financiero a países africanos para reducir la presión migratoria en Europa.
El G7 lanzó la Coalición para Prevenir y Combatir el Tráfico Ilegal de Migrantes, enfocada en abordar las causas de la migración irregular, mejorar la gestión fronteriza y combatir el crimen organizado transnacional, promoviendo vías migratorias seguras y regulares.
El primer ministro británico, Rishi Sunak, respaldó estas iniciativas, enfatizando la importancia de evitar que bandas criminales controlen los flujos migratorios.
Además de los miembros del G7, los anfitriones italianos invitaron a líderes africanos como el presidente de Argelia, Abdelmadjid Tebboune, el presidente de Kenia, William Ruto, y el presidente de Túnez, Kais Saied, para fortalecer la cooperación en inmigración y desarrollo.
A pesar de estos esfuerzos, organizaciones como la campaña ONE criticaron la falta de apoyo financiero a países en desarrollo, subrayando la necesidad urgente de compromisos más concretos.
El papa Francisco también hizo historia al ser el primer pontífice en participar en una cumbre del G7, centrando su discurso en la ética de la inteligencia artificial.
Entre los invitados al evento estaban el presidente ucraniano Volodymyr Zelenskyy, el presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, el primer ministro indio Narendra Modi y el presidente turco Recep Tayyip Erdogan.