- La sequía extrema afecta a la región amazónica, con niveles de ríos dramáticamente bajos y comunidades rurales aisladas.
- El estado de Amazonas ha declarado una “situación de emergencia” debido a la sequía y los incendios forestales que azotan la región.
- Los incendios forestales en la Amazonía se han multiplicado, con miles de focos activos en todo Brasil.
La Amazonía brasileña enfrenta una sequía extrema que amenaza con empeorar en los próximos meses. En Manaquiri, cerca de Manaos, los lechos de los ríos se han secado, los peces están atrapados en charcas cada vez más pequeñas, y numerosas comunidades rurales están aisladas.
Después de un 2023 dramático, Brasil se enfrenta a la peor sequía desde 1950, con la región amazónica siendo una de las más afectadas, según el Centro Nacional de Vigilancia y Alerta de Desastres Naturales. El estado de Amazonas ha declarado una “situación de emergencia” en sus 62 municipios debido a la sequía y los incendios forestales. El gobernador Wilson Lima advierte que la sequía será grave, con los ríos bajando niveles nunca antes vistos.
El río Negro, un afluente principal del Amazonas, muestra un nivel cuatro metros más bajo en comparación con el año pasado. La sequía impacta a cerca de 80,000 familias en Amazonas, el estado brasileño con mayor población indígena. En Manaquiri, los residentes caminan por lechos secos donde antes navegaban embarcaciones, y el acceso al agua se ha vuelto complicado.
La sequía también ha aumentado los incendios forestales, con 3,640 focos activos en Brasil, de los cuales la mitad están en la Amazonía. Solo en Amazonas se registran 237 focos de incendio. Otras áreas del país también sufren, como el parque nacional Chapada dos Veadeiros, que ha perdido alrededor de 10,000 hectáreas en los últimos días. Los estados de São Paulo y Minas Gerais han movilizado recursos para combatir los incendios, muchos de los cuales se sospecha que han sido provocados.