Un panel de la Organización Mundial del Comercio (OMC) anunció hoy que ha fallado a favor de la Unión Europea (UE) en una disputa con Malasia, uno de los principales productores mundiales de aceite de palma, relacionada con las restricciones impuestas por la UE al uso de este aceite como materia prima para biocombustibles.
La disputa, que se inició en 2019, se centró en la consideración de Malasia de ciertas medidas de la UE como inconsistentes con las normas comerciales internacionales en relación con estos biocombustibles. La OMC rechazó esta afirmación, aunque reconoció ciertas deficiencias en la formulación y aplicación de las medidas por parte de la UE.
La UE implementó un programa de promoción de energías renovables que incluía un objetivo mínimo del 10 % en el uso de estas energías en todos los medios de transporte de los países miembros. Sin embargo, decidió excluir progresivamente los biocombustibles elaborados con aceite de palma de estas políticas hasta 2030, argumentando que contribuyen a la deforestación global al reemplazar bosques o tierras de cultivo de alimentos por plantaciones de palma.
Este año, la UE aprobó un reglamento más específico contra la deforestación que grava las importaciones de madera, aceite de palma o soja que contribuyan a la tala de bosques.
Indonesia y Malasia representan el 85 % de la producción mundial de aceite de palma, utilizado en diversas industrias como la alimentaria o la cosmética. En septiembre, Malasia anunció que duplicará sus exportaciones de aceite de palma a China para compensar las restricciones impuestas por la UE.
Indonesia también presentó una queja contra la UE ante la OMC, pero la decisión de la organización anunciada hoy solo afecta a la disputa entre la UE y Malasia.