La industria de cigarrillos en Venezuela se encuentra en una batalla contra el contrabando, su principal competidor, que ha llegado a conquistar hasta el 44 % del mercado nacional hace un año, según estimaciones independientes.
Gracias a estrategias comerciales y operativos contra esta actividad ilícita, el país logró reducir este porcentaje a un promedio del 32 % en todo el territorio, según la más reciente medición de Cigarrera Bigott, realizada a finales de 2023.
Sin embargo, en el estado Zulia, fronterizo con Colombia y el más afectado por el contrabando de cigarrillos, la cifra subió dos puntos en ese período, hasta alcanzar el 92 %. El dominio del contrabando en esta región se evidencia en el mercado popular conocido como ‘Las pulgas’, donde la mayoría de las cajetillas son de origen colombiano.
El contrabando ha generado pérdidas millonarias en recaudación de impuestos para el Estado venezolano. La ley establece que el sector debe pagar un impuesto del 70 % sobre el precio de venta al público, lo que ha impactado en la viabilidad de las empresas del sector. Como consecuencia, Bigott tuvo que llevar a cabo “fuertes reestructuraciones” para tratar de adecuar el negocio al tamaño del mercado, además de cerrar un turno de trabajo y hacer un recorte de personal.
El contrabando también ha afectado a Philip Morris International en Venezuela, que ha operado significativamente por debajo de su capacidad instalada durante los últimos cinco años, generando pérdidas significativas y un deterioro progresivo de su viabilidad operativa. En febrero, la empresa decidió “rediseñar completamente” su forma de operar en Venezuela.
Para hacer frente al contrabando, Bigott ha diseñado estrategias comerciales, como el relanzamiento de una marca en Zulia a un precio competitivo contra el ilícito. Además, las autoridades llevan a cabo operativos y fiscalizaciones constantes para combatir esta actividad ilícita, y han incautado grandes cantidades de cigarrillos y detenido a personas dedicadas al contrabando.