El gobierno de Estados Unidos ha decidido prohibir la venta del antivirus de Kaspersky en el país, argumentando preocupaciones sobre la seguridad nacional y la posible explotación de la información personal de los estadounidenses por parte de Rusia. Esta medida, efectiva a partir del 20 de julio, marca la primera vez que se impone una restricción de este tipo contra una empresa de ciberseguridad.
Detalles de la Prohibición
Según la Oficina de Industria y Seguridad del Departamento de Comercio, la prohibición se fundamenta en el riesgo percibido de que Kaspersky, una empresa con sede en Rusia, pueda ser utilizada como un instrumento para recopilar información sensible que podría ser utilizada en perjuicio de la seguridad nacional de Estados Unidos. Los clientes existentes podrán recibir soporte y actualizaciones de seguridad hasta el 29 de septiembre, tras lo cual los servicios se degradarán progresivamente.
Kaspersky ha respondido a la decisión del Departamento de Comercio afirmando que esta se basa en preocupaciones teóricas más que en una evaluación exhaustiva de la integridad de sus productos y servicios. La compañía ha anunciado su intención de emprender acciones legales para preservar sus operaciones en el mercado estadounidense y ha criticado la medida por considerar que podría beneficiar al cibercrimen al limitar la elección de protección para consumidores y organizaciones.
Por su parte, el Kremlin ha calificado la prohibición como un acto desleal y ha defendido la competitividad internacional de Kaspersky, destacando su participación significativa en el mercado global de antivirus.
Impacto y Futuro de Kaspersky
La decisión de Estados Unidos también incluye sanciones impuestas a altos ejecutivos de Kaspersky, como parte de la Orden Ejecutiva 14024, que busca penalizar a individuos y entidades que operan en el sector tecnológico ruso. Esto forma parte de los esfuerzos continuos del gobierno estadounidense para proteger su ciberespacio y prevenir amenazas digitales.
En conclusión, la prohibición de Kaspersky en Estados Unidos representa un movimiento significativo en el ámbito de la ciberseguridad global, reflejando tensiones geopolíticas y destacando la creciente importancia de la seguridad cibernética en las relaciones internacionales.