La junta militar de Mali emitió un decreto el miércoles por la noche suspendiendo todas las actividades políticas, citando la necesidad de preservar el orden público. Esta medida llega después de la decisión del año pasado de suspender las elecciones de forma indefinida.
Mali ha experimentado dos golpes de Estado desde 2020, lo que ha llevado a una ola de inestabilidad política en la región. El país también enfrenta una creciente insurgencia de grupos yihadistas vinculados a Al Qaeda y al Estado Islámico.
El coronel Assimi Goita, que asumió el poder tras un segundo golpe en 2021, había prometido devolver el país a la democracia a principios de 2024. Sin embargo, la junta canceló las elecciones previstas para febrero de 2024 de forma indefinida, argumentando la necesidad de más preparativos técnicos.
Mali había dependido anteriormente de tropas francesas para combatir a los insurgentes, pero la junta gobernante ordenó la salida de las tropas galas y recurrió a contratistas rusos. Los últimos soldados franceses salieron en agosto de 2022 después de una década de operaciones en Mali.