El ejército israelí anunció el domingo que retiró algunas de sus fuerzas de la ciudad de Jan Yunis, en el sur de Gaza, marcando el final de una fase importante de su ofensiva contra el grupo miliciano Hamás y reduciendo su presencia en el territorio a uno de sus niveles más bajos desde que comenzó la guerra hace seis meses.
A pesar del retiro, funcionarios de defensa indicaron que las fuerzas se están reagrupando para prepararse para ingresar al último bastión de Hamás, Rafah. El jefe del ejército, teniente general Herzi Halevi, afirmó que “la guerra en Gaza continúa, y estamos lejos de detenernos”.
Se espera que Israel inicie la evacuación de Rafah en menos de una semana, aunque el proceso podría llevar varios meses, según informes de la cadena local Canal 13 TV.
El retiro de las fuerzas marca un hito en el conflicto, que cumple seis meses. Aunque una “fuerza significativa” permanece en Gaza para continuar con las operaciones dirigidas, la retirada parcial permite que los residentes regresen a áreas devastadas como Jan Yunis.
La posible ofensiva en Rafah ha generado preocupación a nivel internacional, con Estados Unidos instando a Israel a presentar un plan creíble para proteger a los civiles. La retirada parcial de Israel ha sido interpretada por algunos como un período de descanso y reequipamiento para las tropas, según declaraciones del portavoz de seguridad nacional de la Casa Blanca, John Kirby.
En Israel, las protestas contra el gobierno están aumentando, especialmente entre los familiares de los rehenes restantes. Cerca de 130 personas continúan cautivas, y la frustración está creciendo debido a la percepción de inacción por parte del gobierno para asegurar su liberación y poner fin al conflicto en Gaza.
Las manifestaciones frente al Parlamento en Jerusalén y en el sur de Israel reflejan el deseo de los ciudadanos de encontrar una solución que ponga fin al sufrimiento tanto en Gaza como en Israel.