El ejército israelí anunció este domingo que detendrá los combates en una carretera del sur de Gaza durante ciertas horas del día para facilitar la entrega de ayuda humanitaria a los palestinos afectados por la guerra.
Esta “pausa táctica” se aplicará en una zona de 12 kilómetros en Rafah, desde las 8:00 hasta las 19:00 horas (0500 a 1600 GMT) cada día. Aunque no es un alto el fuego total, la medida podría aliviar la crisis humanitaria en Gaza, especialmente durante el Eid al-Adha.
El objetivo es permitir el paso de camiones de ayuda a través del cruce fronterizo de Kerem Shalom, controlado por Israel, y llegar de forma segura a la carretera Salah a-Din, la principal vía de Gaza. Este cruce ha estado congestionado desde el avance de las tropas israelíes en Rafah a principios de mayo.
El COGAT, organismo militar israelí encargado de la distribución de ayuda, dijo que esta pausa mejorará la entrega de ayuda en áreas como Jan Yunis, Muwasi y el centro de Gaza. La ayuda para el norte del enclave sigue entrando a través de otro cruce fronterizo.
Jens Laerke, portavoz de la ONU, comentó que “no ha entrado ninguna ayuda humanitaria por Kerem Shalom hoy”, pero espera que Israel agilice los controles y permita la entrada regular de combustibles. Scott Anderson, director de la agencia de la ONU para los palestinos en Gaza, espera que la pausa “permita la entrada de la ayuda que tanto necesita la población”.
El anuncio de la pausa ha generado controversia política en Israel. El primer ministro Benjamin Netanyahu calificó el plan como “inaceptable”, aunque aseguró que no habrá cambios en la estrategia militar y que los combates en Rafah continuarán según lo planeado. Netanyahu criticó al ejército diciendo: “Tenemos un país con un ejército, no un ejército con un país”.
A pesar de la controversia, la pausa sigue en pie y el ejército insiste en que no se han detenido los combates, solo se ha abierto una ruta para el transporte de ayuda humanitaria.
Esta medida llega mientras Israel y Hamás consideran una propuesta de alto el fuego del gobierno de Joe Biden, que busca poner fin a la guerra y liberar a los rehenes retenidos en Gaza. Aunque Biden afirmó que la propuesta es israelí, Israel aún no la ha aceptado completamente y Hamás ha solicitado cambios que Israel considera inaceptables.
Mientras tanto, la guerra continúa. Israel anunció el domingo la muerte de 11 soldados en recientes ataques en Gaza, elevando el número total de bajas israelíes a 308 efectivos. Hamás mató a 1.200 personas en su incursión del 7 de octubre y capturó a unas 250 como rehenes. El Ministerio de Salud gazatí informa que más de 37.000 palestinos han muerto en el conflicto.
La ofensiva israelí ha sumido a Gaza en una grave crisis humanitaria. La ONU reporta una situación de hambre generalizada, con cientos de miles de personas al borde de la hambruna. La comunidad internacional ha instado a Israel a hacer más para aliviar esta situación.
Entre mayo y junio, la ONU recibió una media de 68 camiones de ayuda por día, muy por debajo de los 500 necesarios. El flujo de ayuda disminuyó justo cuando aumentaban las necesidades humanitarias. Más de un millón de palestinos se desplazaron dentro de Gaza, muchos de ellos hacia Rafah, viviendo ahora en campamentos improvisados.
El COGAT asegura que no habrá restricciones a la entrada de camiones y que entre mayo y junio entraron más de 8.600 camiones en Gaza. Sin embargo, gran parte de esta ayuda no ha llegado a su destino final debido a la acumulación en los cruces. Naciones Unidas atribuye la ralentización a la inseguridad causada por los combates.
La nueva medida busca simplificar las entregas al proporcionar una ventana diaria de 11 horas para la entrada y salida de camiones. No está claro si el ejército protegerá los camiones durante su recorrido por la carretera.