En Des Moines, Iowa, las tensiones están en aumento debido a la defensa enérgica que el estado está haciendo de su nueva legislación migratoria. Argumentan que la capacidad del estado para presentar cargos penales no infringe la autoridad federal sobre la inmigración, sino que simplemente refuerza la aplicación de las leyes ya existentes.
Esta ley Migratoria, similar a la que se ha implementado en Texas y Oklahoma, ha provocado un fuerte debate y una serie de desafíos legales. El Departamento de Justicia federal y grupos de derechos civiles han pedido una suspensión temporal o permanente de la misma, pero Iowa sigue adelante con su implementación.
La normativa, que entrará en vigor el 1 de julio, permitirá presentar cargos penales contra personas con órdenes de deportación pendientes. Patrick Valencia, subprocurador general de Iowa, afirmó que la ley del estado no establece nuevas reglas de inmigración, sino que simplemente busca aplicar el estándar federal existente.
Sin embargo, los críticos argumentan que la ley socava la autoridad exclusiva del gobierno federal sobre los asuntos de inmigración. Esta disputa legal ha llevado a manifestaciones fuera de la corte, donde cientos de personas expresaron su preocupación por las posibles consecuencias negativas de la nueva legislación.
Erica Johnson, directora ejecutiva de Iowa Migrant Move for Justice, destacó la necesidad de un sistema de inmigración funcional, pero expresó su preocupación por el impacto negativo de la ley en las comunidades de inmigrantes del estado. Afirmó que la aprobación de esta legislación no aborda los problemas subyacentes y no proporciona una solución efectiva.