En su editorial “Desde la Fe”, la Iglesia católica ha formulado 10 peticiones a Claudia Sheinbaum, futura presidenta de México, con el objetivo de contribuir al bien común y promover una sociedad más justa y humana.
“El proceso de transición ha comenzado y, tal como lo expresó la Conferencia del Episcopado Mexicano, deseamos que se lleve a cabo de manera eficaz, sin violencia y que permita la reconciliación nacional”, manifestaron.
El primer punto subraya la importancia de respetar la dignidad de todas las personas sin discriminación y garantizar los derechos fundamentales de los ciudadanos.
La Iglesia también pidió al nuevo gobierno que cultive un espíritu de diálogo abierto y constructivo con todos los sectores de la sociedad, escuchando atentamente las diversas voces.
Asimismo, se solicitó la protección y promoción de la libertad religiosa, permitiendo que los ciudadanos practiquen su fe sin restricciones.
Otro aspecto esencial es la defensa del bien común, priorizando el desarrollo integral de toda la población sobre los intereses individuales.
La Iglesia reiteró la importancia de que el gobierno escuche y responda a las necesidades y preocupaciones de los ciudadanos, especialmente de los más vulnerables, con diligencia y compasión.
Se destacó la necesidad de priorizar la asistencia y el apoyo a los sectores más desfavorecidos de la sociedad, como los pobres, los enfermos y los marginados.
La Iglesia también enfatizó la importancia de valorar la vida, protegiéndola desde la concepción hasta la muerte natural y rechazando cualquier forma de atentado contra ella.
En relación con la ecología y el medio ambiente, se instó al nuevo gobierno a adoptar medidas efectivas para proteger el entorno natural, promoviendo un desarrollo sostenible y respetuoso con los ecosistemas.
El penúltimo punto aborda la lucha por la paz, subrayando la necesidad de erradicar la violencia criminal y recordando la promesa de integrar los puntos del compromiso por la paz en la agenda gubernamental.
Finalmente, se hizo un llamado a un liderazgo ético, instando a ejercer el cargo con integridad, honestidad y transparencia, siendo un ejemplo de buen gobierno.