En las elecciones regionales de Cataluña, el partido socialista que gobierna España logró una victoria crucial, obteniendo la mayoría de los escaños y enviando un mensaje claro a los principales partidos separatistas de la región.
El candidato Salvador Illa emergió como líder con 42 escaños, marcando la primera vez que los socialistas lideran una elección catalana tanto en votos como en escaños ganados.
Este resultado, aunque no una mayoría absoluta, es considerado un triunfo para el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, y sus esfuerzos por reducir las tensiones en Cataluña.
“Es el peor resultado para las fuerzas de la independencia catalana desde 1982”, señaló Andrew Dowling, especialista en historia catalana.
Sin embargo, Illa enfrenta un camino difícil para formar gobierno, ya que necesitará el apoyo de otros 26 legisladores en la cámara de 135 escaños en Barcelona. El actual presidente regional, Pere Aragonès, anunció que no ocupará su escaño y descartó cualquier acuerdo con los socialistas o Junts, liderado por Carles Puigdemont, quien se encuentra fugitivo.
Puigdemont, desde Francia, afirmó que intentará formar gobierno con otros grupos independentistas. Mientras tanto, los socialistas esperan formar una coalición con el apoyo de la Izquierda Republicana y Sumar, descartando la iniciativa de Puigdemont.
Los resultados de las elecciones marcan un cambio significativo en el panorama político de Cataluña, donde los separatistas han mantenido el control desde 2012, pero ahora enfrentan un apoyo decreciente a la secesión.