En el Día Mundial del Alzheimer, los neurólogos españoles expresan su frustración porque la Agencia Europea del Medicamento (EMA) no ha aprobado nuevos fármacos para tratar la enfermedad en sus primeras etapas. Juan Fortea, neurólogo del hospital Santa Creu i Sant Pau en Barcelona, señala que esta decisión priva a los pacientes de un tratamiento con “eficacia demostrada”, aunque modesta.
Fortea explica que España carece de suficientes neuropsicólogos y biomarcadores, fármacos necesarios para un diagnóstico efectivo. Mientras tanto, estos nuevos tratamientos ya están disponibles en países como Estados Unidos, Reino Unido y Japón, dejando a los pacientes europeos en desventaja.
Efectos positivos de los nuevos tratamientos
El comité asesor de la EMA rechazó recientemente el fármaco ‘lecanemab’, alegando que su riesgo-beneficio es “desfavorable”. Sin embargo, Fortea destaca que estos tratamientos son la primera oportunidad real para alterar el curso de la enfermedad, logrando una reducción en la progresión del Alzheimer del 27% con lecanemab y del 35% con donanemab, que ya se utiliza en EE.UU.
Raquel Sánchez, coordinadora del Grupo de Estudio de Conducta y Demencias de la Sociedad Española de Neurología (SEN), comparte la preocupación por la falta de aprobación en Europa, lo que impide a los pacientes acceder a tratamientos innovadores.
Desafíos para pacientes y cuidadores
Eduardo, cuidador de su esposa Luz Divina, diagnosticada con demencia frontotemporal, destaca la falta de información sobre el Alzheimer. Desde que su esposa mostró síntomas en 2014, ha aprendido a lidiar con la enfermedad.
Eduardo critica que, aunque existen asociaciones y terapias, la sanidad pública solo cubre medicamentos y tratamientos psiquiátricos. “Los recursos están ahí, pero no se informa a las familias”, lamenta.
Esta situación resalta la necesidad de un enfoque más integral en el tratamiento del Alzheimer, que incluya tanto medicamentos como apoyo a pacientes y sus cuidadores.