- Familias desesperadas cruzan la peligrosa selva del Darién en busca de una vida mejor.
- Aumento récord de niños migrantes enfrentando riesgos extremos en su camino hacia Estados Unidos.
En una tentativa por brindar esperanza a sus hijos, Yasmeri Jalmeida, una madre venezolana, describe el peligroso viaje a través del Darién como un “safari para conocer animales”, ocultando la verdadera odisea: un agotador trayecto de 97 kilómetros desde Colombia hasta Panamá, en busca de reunirse con su esposo.
Este año, un récord de más de 30.000 niños han cruzado esta región selvática, enfrentando riesgos mortales. Equipadas con canguros para llevar a sus bebés y armadas de valor, las familias se embarcan desde Turbo, Colombia, hacia Acandí, punto de partida para adentrarse en la inhóspita selva del Darién.
En Turbo, las familias acampan mientras reúnen los 350 dólares necesarios para contratar “paquetes de viaje”, que incluyen guías para atravesar la selva. A pesar de las condiciones extremas y los peligros que implican semanas de caminata, muchos migrantes se aferran a la esperanza de una vida mejor al otro lado.
La ruta del Darién destaca como una de las más peligrosas del mundo debido a sus caminos resbaladizos, ríos caudalosos y la presencia continua de grupos criminales que dominan las rutas y perpetran violencia y abusos contra los migrantes.
El gobierno panameño ha cerrado recientemente trochas y pasos fronterizos, lo que ha empeorado la situación al aumentar el riesgo y la incertidumbre para quienes buscan oportunidades fuera de sus países devastados por la crisis.