- Evo Morales lidera una marcha por demandas sociales y políticas, incluyendo el respeto a su candidatura en las elecciones de 2025.
- A pesar de haber anunciado su retiro, la presión de sus seguidores lo llevó a continuar en la movilización.
- Los participantes claman por soluciones a problemas económicos y la validación de un congreso que definió su candidatura.
Evo Morales, expresidente de Bolivia (2006-2019), retoma este jueves la movilización por diversas demandas, entre las que destaca el respeto a su candidatura para las elecciones generales de 2025. Esto ocurre a pesar de que el día anterior había declarado que se retiraba de la marcha para evitar que el Gobierno de Luis Arce la criminalizara.
La caminata comenzó el martes desde Caracollo, en Oruro, y llegó el miércoles a Lahuachaca, aproximadamente a 125 kilómetros de La Paz. En esta ocasión, los líderes sindicales afines a Morales decidieron que continuarán hasta la sede del Gobierno y el Legislativo bolivianos. “Hoy (jueves), iniciamos nuestra tercera jornada de la Marcha para Salvar Bolivia”, escribió Morales en su cuenta de X, manifestando un fuerte compromiso con la causa.
Demandas y tensiones en el contexto político
El objetivo de la movilización, que pretende llegar a La Paz el 23 de septiembre, es luchar por “la vida, la democracia y la revolución” en Bolivia, según Morales. Inicialmente, había señalado que no se trataba de su candidatura, sino de una causa del pueblo. Sin embargo, tras consultar con los líderes de los sectores participantes, decidió continuar en la marcha.
Los seguidores de Morales argumentan que esta movilización busca “salvar a la patria” ante la escasez de dólares y combustible, así como el aumento en los precios de productos básicos. También exigen que se respete un congreso realizado el año pasado que definió su candidatura, el cual fue anulado por el órgano electoral. El Gobierno de Arce considera que la marcha podría ser un “intento de golpe de Estado” para promover al presidente del Senado, Andrónico Rodríguez, como sucesor y así habilitar la candidatura de Morales. Las tensiones entre Morales y Arce se han intensificado desde finales de 2021, complicando la renovación de la dirección nacional del Movimiento al Socialismo (MAS).