La Guardia Nacional de Texas empleó balas de goma y gases lacrimógenos contra un grupo de aproximadamente 400 migrantes, la mayoría venezolanos, que intentaron ingresar nuevamente por la fuerza al territorio estadounidense, desafiando las órdenes de las autoridades en la frontera del Río Grande en El Paso.
Los migrantes, que habían acampado en el borde del río desde la noche anterior, fueron confrontados por elementos de la Guardia Nacional y policías de caminos de Texas. A pesar de las advertencias, intentaron remover las barreras fronterizas y fueron recibidos con disparos de balas de goma y gases lacrimógenos.
Antes del enfrentamiento, los migrantes realizaron un mitin solicitando paz y presencia de Derechos Humanos, pero la situación se tornó violenta cuando un grupo intentó cruzar la malla metálica. Los militares texanos advirtieron en español que serían arrestados si continuaban con su intento de cruzar.
Desde la tarde anterior, se ha reforzado la seguridad en la zona con tres capas de alambre de púas y equipos antimotines para prevenir nuevas incursiones. A pesar de los esfuerzos, el flujo migratorio persiste, con aproximadamente 250 migrantes esperando ser recibidos por la Patrulla Fronteriza para solicitar asilo político.
Gumaro, uno de los migrantes venezolanos, expresó su determinación de esperar en el campamento hasta ser recibidos, evitando los albergues del lado mexicano debido a los controles ejercidos sobre ellos. Mientras tanto, los responsables de los actos violentos están siendo identificados y enfrentarán cargos por sus acciones.