- El presidente ucraniano busca reducir la intensidad del conflicto con una tregua energética.
- Representantes de ambos países ya han iniciado contactos para un posible cese de hostilidades.
- La seguridad energética se incluye en la Fórmula de Paz ucraniana, que demanda la retirada rusa de territorios ocupados.
Con la creciente frialdad hacia su ‘Plan de Victoria’, que solicita ayuda militar urgente para obligar a Rusia a negociar una paz sin cesiones territoriales, el presidente ucraniano Volodímir Zelenski ha considerado la posibilidad de una tregua parcial con Rusia. Esta sería la primera vez que plantea esta opción desde el inicio del conflicto. En una reciente reunión con periodistas, Zelenski comentó: “Nosotros no atacamos su infraestructura energética y ellos no atacan la nuestra. ¿Podría llevar esto a un final de la fase caliente de la guerra? Yo pienso que sí”.
De acuerdo con informes de medios anglosajones, delegados de Ucrania y Rusia ya habrían comenzado conversaciones para un cese de ataques mutuos, especialmente en objetivos relacionados con la energía. Esto ofrecería a Ucrania la garantía de afrontar el invierno sin nuevos bombardeos a sus centrales eléctricas y terminaría con la destrucción de refinerías rusas por parte de drones ucranianos. Estas negociaciones reanudan un proceso que se había interrumpido en verano, mediado por Catar, debido a una operación transfronteriza ucraniana en el óblast de Kursk.
Posibles contactos entre Ucrania y Rusia para una tregua energética
La seguridad energética forma parte de la llamada Fórmula de Paz de Ucrania, que consiste en diez propuestas, entre las cuales destaca la demanda de que Rusia se retire de todos los territorios ocupados en Ucrania. Este documento se presentó en una cumbre internacional en junio, donde se incluyó la necesidad de garantizar la libertad de navegación en el Mar Negro y el Mar de Azov para las exportaciones alimentarias. También se aprobó la liberación de prisioneros de guerra y el retorno de los desplazados.
El Plan de Victoria exige a los aliados de Ucrania suministrar de inmediato material militar y armamento de largo alcance para estabilizar el frente y permitir ataques sistemáticos en territorio ruso. Sin embargo, hasta ahora, los aliados clave no han mostrado interés en satisfacer estas demandas. Por lo tanto, Ucrania se ve obligada a permanecer en la defensiva mientras considera un compromiso temporal que, aunque no finalice las hostilidades, ayude a ambas partes a sobrellevar el desgaste de dos años de conflicto.