- El presidente de Brasil instó a las naciones más desarrolladas del G20 a adelantar su meta de neutralidad de carbono a 2040 o 2045.
- Lula subrayó que los países en desarrollo también deben actuar para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en todos los sectores productivos.
- El mandatario brasileño destacó que Brasil ya ha hecho compromisos significativos en la reducción de la deforestación y las emisiones.
Durante su intervención en la cumbre del G20 en Río de Janeiro, el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, urgió a los países más desarrollados a adelantar sus metas de neutralidad de carbono a 2040 o 2045. Lula destacó que las naciones ricas tienen una responsabilidad histórica en el cambio climático y que deben asumir un papel más activo en la mitigación de los efectos globales del calentamiento. A su juicio, solo de esta manera podrán tener la autoridad para exigir que otros países, especialmente los más pobres, sigan sus pasos en la lucha contra el cambio climático.
Además, Lula sugirió la creación de un Consejo del Cambio Climático dentro de las Naciones Unidas, con el objetivo de mejorar la coordinación y fortalecer la gobernanza global en cuestiones medioambientales. El presidente brasileño señaló que sin una estructura sólida y mecanismos eficientes, no se podrán implementar adecuadamente los acuerdos internacionales sobre el clima. También enfatizó que la responsabilidad de los países ricos no debe limitarse a la reducción de emisiones, sino que deben comprometerse a financiar las acciones climáticas de las naciones en desarrollo.
Propuestas clave para acelerar la acción climática
En cuanto a Brasil, el presidente reafirmó el compromiso del país para reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero, destacando el objetivo de reducirlas en un 67% para 2035, lo que representa un aumento en comparación con el objetivo anterior. Esta reducción se logrará en gran parte gracias a la caída de la deforestación, que ha disminuido en un 45% en los últimos dos años. Lula también subrayó que Brasil no permitirá el retroceso en la lucha contra los delitos medioambientales y reiteró su meta de erradicar la deforestación en la Amazonía para 2030.
En su discurso, Lula insistió en la importancia de no posponer el acuerdo sobre financiación climática que se discutirá en la cumbre COP29 en Bakú. Afirmó que la próxima cumbre COP30 en Brasil será crucial para evitar un colapso climático irreversible y que los países en desarrollo deben recibir un financiamiento adecuado para mitigar los efectos del cambio climático y adaptarse a las nuevas realidades ambientales. La meta de financiación climática que exige el bloque de países en desarrollo es de 1,3 billones de dólares anuales, pero aún no se ha alcanzado un acuerdo claro sobre la cifra.