- En Cumbre de G20 la propuesta de Brasil busca generar fondos para combatir la pobreza y el cambio climático.
- Países como EE.UU. y Alemania se muestran en contra.
- La implementación de este impuesto podría tardar años en concretarse.
En la Cumbre del G20 en Río de Janeiro, los líderes de las principales economías del mundo debatirán sobre la posible implementación de un impuesto global a los superricos. La iniciativa, propuesta por Brasil, ha generado divisiones, con naciones como Estados Unidos y Alemania mostrando su resistencia, mientras que otros países como Francia y España apoyan la idea.
Brasil, que ocupa la presidencia temporal del foro, considera un logro que este tema haya sido incluido en la agenda. Según la propuesta, si los cerca de 3.300 multimillonarios del mundo pagaran un impuesto del 2 % sobre sus fortunas, se podrían recaudar entre 200.000 y 250.000 millones de dólares anuales. Estos recursos estarían destinados a financiar programas contra la pobreza, el hambre y el cambio climático.
A pesar de su importancia, el tema se mencionó solo de manera superficial en la declaración de la última reunión de ministros de Economía del G20, celebrada en julio. En esa ocasión, se reconoció la necesidad de que las personas con grandes patrimonios contribuyan con una parte justa en impuestos.
“Respetando la soberanía fiscal, buscaremos cooperar para garantizar que las personas con un alto patrimonio neto paguen impuestos de forma efectiva”, afirmaba la declaración, destacada por Brasil como un paso histórico.
Sin un consenso entre los ministros de Economía, la creación de este impuesto depende ahora de una decisión de los jefes de Estado. Sin embargo, alcanzar un acuerdo no será fácil debido a la oposición de países influyentes. Entre los que han mostrado respaldo se encuentran Sudáfrica, que asumirá la presidencia del G20 la próxima semana.
El ministro de Hacienda de Brasil, Fernando Haddad, confía en que sus reuniones recientes en Washington con representantes de varios países ayudarán a obtener más apoyos en la cumbre presidencial.
Mauricio Lyrio, líder de la delegación brasileña, subrayó que, más allá de la aprobación o no del impuesto, el hecho de que los líderes consideren la tributación progresiva como una herramienta para reducir desigualdades ya representa un avance. “Logramos incluir el tema en la declaración de ministros, algo que no se esperaba”, comentó en una conferencia de prensa.
Haddad también indicó que Brasil ya ha iniciado conversaciones con la ONU y la OCDE para explorar maneras de implementar el impuesto. Sudáfrica, al tomar la presidencia, continuará este debate. Por su parte, el ministro de Economía de España, Carlos Cuerpo, propuso la creación de una base de datos sobre los activos de los ultrarricos como un primer paso para la implementación del impuesto.