Con la victoria de su esposo Donald Trump, la pregunta que surge es qué papel tendrá Melania Trump como primera dama en este segundo mandato. Su actitud reservada ha sido una de las características más notables durante su tiempo en la Casa Blanca.
Durante su primer mandato (2017-2021), Melania eligió vivir en Nueva York, donde su hijo Barron estudiaba, lo que le permitió poner su vida familiar por encima de los compromisos tradicionales del cargo. Este enfoque rompió con las convenciones de otras primeras damas, lo que le valió tanto críticas como elogios.
Melania ha sido vista como una figura que desafía las expectativas, algo que, según la historiadora Heath Hardage Lee, puede haber abierto un camino para que futuras primeras damas se liberen de las presiones sociales y el protocolo estricto.
Para la experta en comunicación Tammy Vigil, su mayor legado fue romper con las normas tradicionales, lo que podría permitir a las próximas primeras damas ser menos criticadas por elegir cuándo y cómo desempeñar su rol.
En cuanto a su segundo mandato, los expertos sugieren que Melania continuará con su estilo discreto. La profesora Katherine Jellison cree que probablemente mantendrá un perfil bajo, solo participando en apariciones públicas y eventos cuando lo decida.
Aunque su implicación en la campaña electoral fue mínima, algunos piensan que, con más tiempo disponible ahora que su hijo Barron está en la universidad, Melania podría participar en actividades en la Casa Blanca y centrarse en temas que le interesan, como los derechos de las mujeres.
Durante su primer mandato, Melania apoyó públicamente el derecho al aborto y defendió la historia de las mujeres estadounidenses. Aunque no se espera que se involucre demasiado en la política, podría seguir enfocándose en estas causas y continuar apoyando los derechos reproductivos de las mujeres.