- El FPÖ se alza con el 28,8 % de los votos en las elecciones parlamentarias.
- A pesar del éxito electoral, otros partidos rechazan formar coaliciones con ellos.
- Se perfila una posible “gran coalición” entre conservadores y socialdemócratas.
La formación ultranacionalista y de extrema derecha, FPÖ, logró una victoria notable en las recientes elecciones parlamentarias de Austria, alcanzando un 28,8 % de los votos. No obstante, su líder, Herbert Kickl, se enfrenta a la difícil tarea de conseguir aliados para formar un gobierno, ya que los demás partidos han manifestado su rechazo a colaborar con ellos. Kickl afirmó que el resultado refleja un deseo de cambio en la sociedad austriaca.
La campaña de Kickl se centró en oponerse a la inmigración, proponer la repatriación de algunos extranjeros y criticar las políticas del gobierno durante la pandemia y la alta inflación. Con el escrutinio casi completo, el FPÖ obtuvo 57 de los 183 escaños en el Parlamento, lo que dificulta la posibilidad de que Kickl asuma la cancillería en un sistema político donde las coaliciones minoritarias son raras.
La difícil búsqueda de aliados tras el éxito del FPÖ en las elecciones
El actual partido gobernante, el ÖVP, encabezado por Karl Nehammer, ha dejado claro que no se unirá al FPÖ bajo la dirección de Kickl. Nehammer destacó que su enfoque es resolver los problemas de los ciudadanos, en lugar de beneficiarse de ellos políticamente. El ÖVP sufrió una caída de 11 puntos respecto a las elecciones de 2019, obteniendo solo el 26,3 % de los votos.
Dada la negativa de otros partidos, como el SPÖ y los Neos, Kickl argumentó que estos desestiman a sus votantes. En este contexto, una posible “gran coalición” entre el ÖVP y el SPÖ se perfila como la alternativa más viable, o incluso un tripartito con los Neos. El presidente Alexander van der Bellen reiteró la necesidad de que cualquier nuevo gobierno respete los principios democráticos y tenga una mayoría absoluta para poder formar un ejecutivo.